Aníbal Monasterio Astobiza vocal de LI²FE
Muchos filósofos morales y bioéticos no están dispuestos a aceptar que lo que llamamos bioética se disgregue o divida cada vez que nazca una nueva disciplina de las ciencias de la vida o medioambientales con el fin de tratar de forma especifica las consecuencias e implicaciones éticas que se derivan.
Para muchos con la bioética es suficiente.
Para otros cada nueva disciplina impone unos nuevos retos éticos que merecen un vocabulario, lenguaje nuevo, una metodología y conceptualizaciones nuevas; y eso solo lo podemos hacer creando una sub-área de la bioética especializada para cada nueva disciplina.
Hemos visto nacer a la neuroética (la intersección entre la neurociencia y la filosofía moral aplicada) y otro tanto merecería la ética de la biología sintética por los peligros que contrae. También podemos hablar de la tecnoética o la reflexión ética sobre los problemas que entrañan las nuevas tecnologías digitales emergentes como la Inteligencia Artificial, robótica etc.
Una nueva proyección o escisión de la bioética sería la nanoética.
Todavía no somos plenamente conscientes de las implicaciones de la nanotecnología o la manipulación de la materia a nivel micro. Véase, el siguiente vídeo sobre los procesos internos de las células.
Gracias a la nanotecnología podemos alterar la estructura y funcionalidad de las conexiones sinápticas del cerebro pudiendo crear capacidades cognitivas que superen a las del ser humano común y típico. Con la nanotecnología los sueños de los transhumanistas pueden estar más cerca de hacerse realidad.
Del mismo modo, la nanotecnología se puede instrumentalizar para propósitos militares o convertirse en "armamento" utilizado por actores no-estatales como grupos terroristas. Con la nanotecnología podemos modificar microorganismos y utilizarlos como vectores que traspasen infecciones que solo contagien a "personas diana" (miembros de etnias minoritarias, grupos específicos odiados por otros...).
La nanotecnología puede también alterar las características de recursos u organismos naturales que no puedan ser integrados finalmente por el ecosistema de origen (o el planeta en su conjunto) y provocar una amenaza ecológica global. Podemos crear virus o bacterias que se nos vayan de las manos...
Solo se me ocurren las cosas negativas, pero también las hay muy positivas. La nanotecnología podrá crear algún día moléculas con acción especifica para combatir tumores.
Podremos crear dispositivos "nano" de liberación de drogas implantados de forma crónica en el organismo humano, no ya para prevenir, sino para impedir radicalmente la formación de enfermedades. En el horizonte no muy lejano está la posibilidad de crear prótesis, órganos, huesos artificiales, sin ningún riesgo de biotoxicidad.
Incluso podremos crear materiales inteligentes que sean más eficientes ecológicamente hablando etc.
Yo creo que la nanoética es una disciplina autónoma, legítima, que tendrá que incluirse en el bagaje de los filósofos morales o bioéticos porque los retos que plantea para la sociedad en un futuro no muy lejano son serios.